Carpe (gal. carpe)

Carpinus betulus L.

Carpe

Familia:Betulaceae

Árbol caducifolio

Origen: gran parte de Europa y sureste de Asia.

Porte y altura: puede alcanzar los 30 m de altura, con porte piramidal o cónico en los primeros años, que va abriendo y se vuelve regular con el paso del tiempo.

Hojas: lámina de ovada a ovada-oblonga, de tamaño pequeño a mediano, de entre 4 y 10 cm de largo, margen doblemente serrado, base redondeada o cordada algo simétrica y ápice apuntado o acuminado.

Flores: dispuestas en amentos femeninos insignificantes de color verdoso y amentos masculinos colgantes de color amarillento. La floración tiene lugar al mismo tiempo que la aparición de las hojas en primavera. No tienen valor ornamental.

Frutos: aquenios de forma lenticular, incluidos en brácteas trilobuladas, agrupados en racimos colgantes.

Otros datos: su corteza es gris claro, agrietada al envejecer. Su crecimiento es lento y no es demasiado longeva.

Utilidades y curiosidades: su madera es compacta, dura y pesada, difícil de hender y tiene un elevado poder calorífico. Se emplea en tornería y para fabricar vagones, herramientas, tacos de billar, piezas de piano, puentes de violín... Las hojas sirven de forraje para el ganado. Como ornamental, esta especie es valorada, entre otras cosas, por sus hojas, que adquieren un color amarillo muy llamativo en otoño. Cuando se usa como ejemplar aislado adquiere forma redondeada, aunque es frecuente encontrarlo ramificado desde su base como setos altos en crecimiento libre o recortadas formando pantallas.

Necesidades y cultivo: árbol que crece bien en suelos profundos, húmedos con buen drenaje y preferiblemente ácidos. Resiste el frío y las exposiciones ventosas, y tiene una alta tolerancia a la contaminación, por lo que se adapta a zonas urbanas. Admite bien la poda.