Árbol del ámbar, liquidámbar

Liquidambar styraciflua L.

Liquidámbar

Familia: Altingiaceae

Árbol caducifolio

Floración: primaveral

Origen: sureste de los Estados Unidos y de México

Porte: copa piramidal; puede conseguir los 30 m de altura

Hojas: caducas, simples, pecioladas; dispuestas una en cada nudo de forma alterna a lo largo de las ramas. Limbo grande, palmeado-lobulado, con 5 lóbulos profundos, margen dentado

Fruto: capsular, de unos 2,5 cm de diámetro, globoso, con algunos pinchos, dehiscente, formado por numerosas cápsulas individuales, cada una con dos semillas

Flor: de pequeño tamaño. Se distinguen flores femeninas y masculinas; las primeras son globosas y alargadas, parecidas a un péndulo, mientras que las masculinas son más redondeadas y están agrupadas en racimos terminales. No son vistosas, por lo que carecen de uso ornamental

Otros datos: su corteza está muy agrietada y las ramas, por lo general, presentan bandas de engrosamientos suberosos en la corteza

Utilidades: de la resina que tienen sus hojas y del tronco se extrae el ámbar líquido (bálsamo del Perú). Aunque fuera de su región de origen sólo se emplea como árbol ornamental, su madera es de buena calidad, y puede usarse para fabricar muebles, en ebanistería, tonelería, embalajes o incluso en la fabricación de pasta de papel. Como árbol ornamental destaca por su vistoso color otoñal, época en la que presenta hojas rojas, púrpuras o amarillas dependiendo de la variedad; también sobresale por sus frutos, que permanecen todo el invierno en el árbol. Las hojas aplastadas huelen a limón

Necesidades: no tolera los climas secos. Prefiere suelos ácidos y húmedos, pero bien drenados. No se recomienda su colocación en suelos poco profundos o en espacios reducidos