La película, de algo más de media hora de duración, muestra cómo las gallegas y gallegos emigrados en Francia, al volver a Galicia en verano, hacían exhibición de una riqueza que no tenían, especialmente en las procesiones religiosas, que llenaban de billetes. Con la integrante gallega guiando el rodaje, registraron escenas singulares en romerías, lo que significó una memoria audiovisual de gran valor para la identidad gallega. A pesar de proyectarse en festivales como la Seminci y en aldeas y ciudades gallegas, la cinta se perdió, y solo se conserva una memoria escrita que documenta su contenido e intenciones. Cruz Risco también ejerció de técnica de sonido en títulos como Le Musée fantôme (Jean Lassave, 1974); filmó la caída del régimen salazarista y la estela del 25 de abril; colaboró con Iñaki Núñez Rozados en Toque de queda (1976); rodó el corto Villa Los Ángeles mientras vivía en Altea (Alicante); escribió con Emilio Pérez Calviño en Galicia el guion de Meiga; colaboró con Chano Piñeiro en Esperanza (1986); e hizo el sonido de Río de sombras (Daniel Domínguez, 1986). La investigación que comienza a brotar alrededor de su figura revela a una mujer moderna, culta, rebelde y libre, y una de las primeras gallegas que se intentó profesionalizar en el cine. Pionera olvidada, empieza hoy a recoger reconocimientos tardíos que iluminan la creación audiovisual femenina en Galicia.