También aprendieron que no era un problema individual de cada familia, sino una lacra social con culpables que se lucraban sin importarles las vidas que deshacían. En barrios y localidades costeras, un grupo de madres se levantó para denunciar públicamente el drama de la drogadicción y la impunidad de los capos. Así nació el movimiento Madres Contra la Droga, que dio paso a la Asociación Érguete, creada en un pequeño local de la calle Uruguai de Vigo en octubre de 1995. Allí iniciaron la lucha que cambiaría sus vidas, las de sus hijos y, también, de la sociedad. Sin miedo, se manifestaron delante de los bares que vendían droga, se presentaron en juicios, señalaron a los traficantes y acompañaron a las familias de las víctimas. Su acción hizo visible un problema oculto, activó importantes decisiones en las instituciones e impulsó cambios legislativos y policiales. Durante décadas, Érguete desarrolló programas de prevención, reinserción social y apoyo a las personas con adicciones. La valentía de estas madres se convirtió en un símbolo de la resistencia ciudadana contra el crimen organizado y en un ejemplo de movilización comunitaria que trascendió fronteras. En este 2025 se celebra el 40 aniversario de su lucha conjunta.